Como viene siendo la norma aquí en Kenya, la gente que nos ha tocado es una delicia..
La última es una familia de tuk-tukeros de Malindi.. Juma y su hermano pequeño Said..
Juma viene a buscarnos a la estación de buses de Malindi.. Llevamos 4 horas de transportes varios y carretera...
Entre los contratiempos varios del viaje cabe destacar que en el matatu que nos llevaba de Shanzu (casa) a Mombasa hemos sufrido un pequeño accidente, del que por suerte nosotros hemos salido totalmente ilesos.. Y es que cuando en una carreterita de carril y medio pasa un camión y un matatu la gente (por lo menos los mzungus - blancos- ) apretamos los dientes... A eso se le añade una motocicleta y empezamos a rezar...
De repente se oye el golpe de la moto contra la plancha de hierro derecha...
El conductor baja y se pone las manos a la cabeza... Acto seguido todos los pasajeros.. El señor de la moto sangra, pero por suerte solo del pie.. No ha sigo grave pero imaginamos que habrá que hacer algún tipo de declaración porque, después de un rato, el cobrador del matatu parece que anuncia que ellos no seguirán hasta el destino final y nos devuelve el dinero para tomar así otro matatu..
Unos 250 minutos más tarde Juma nos está recogiendo de la estación.. Nos lleva a un hotel que resulta ser más caro de lo que anticipaba, así que vamos a otro.. Y otro, y otro hasta que damos con el idóneo.. No está céntrico pero no importa.. Tenemos agua calienteeeeeee!!! Y puerta en el baño (una de las opciones no tenía y fue rápidamente descartada... Jeje)
De ahí nos deja en un restaurante italiano! .. Mi paladar se extremece de placer con los nuevos sabores.. Quiero degustar lentamente la berenjena y el queso, saborear el aceite del pan, deleitarme con la carne con salsa de vino y limón...
Pagamos a la europea pero valió la pena..
De ahí cambiamos más dinero y finalmente Juma nos deja en el hostal.. Le decimos que qué le debemos pero nos dice que nada!
Hoy nos manda a su hermanito menor, a Said, de sonrisa perpetua.. Que nos lleva a la playa, yo me quemo un poquito para variar.. (Aunque me puse crema.. Solo que no muy bien..) Y de ahí repetimos en el italiano (es que no pude resistir la tentación..).. Luego al cyber cafe, luego nos da un paseo por unos puestecitos mercaderos y nos compra papitas y falafitos antes de ir a casa de su mamá.. La señora nos recibe contenta.. Nosotros estamos entre maravillados y aturdidos por lo que ven nuestros ojos..
Nos encontramos en un espacio oscuro; pared y suelo de cemento, hay ropa tendida en el centro de la estancia.. Un niño que corretea por ahí cuyo rostro está manchado de lo que parece hollín.. Nos ponen unas ropas en el suelo para que nos sentemos encima y comamos..
Mama Latifah nos invita a que mañana volvamos a su casa a comer, dice que así cuando regresemos a nuestro país nos llevaremos un recuerdo de ella..
Buf, realment el trànsit a Kènia és una bogeria, cal anar amb mooolt de compte...Sort que va quedar en un ensurt... Ai, xiqueta, que bé que puguis menjar millor tb :)
ResponderEliminarMolts petonicos,
Matatu
sisiliti...tu sempre et trobes a gent maca pel camí...serà perquè us sabeu reconèixer. muak
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